lunes, 30 de marzo de 2009

Juan Pablo Bonilla Carvajal. El terrenal novelista del ciberespacio.

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ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
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JUAN PABLO BONILLA CARVAJAL
El terrenal novelista del ciberespacio

Fotografía en la página 19 de la Revista DIRECTO BOGOTÁ

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El terrenal novelista del ciberespacio


Revista DIRECTO BOGOTÁ , No. 24, Enero - Marzo 2009. Págs. 16 a 19.
http://www.javeriana.edu.co/directo_bogota/pdf/DB24.pdf

Directora: Maryluz Vallejo
Facultad de Comunicación y Lenguaje. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá
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(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)

Caratula de la revista.

Ilustración: Pintura de Fausto Marcelo Ávila


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Bandera
Directora
Maryluz Vallejo
Asesor editorial Mario Morales . Asistente editorial Lina Huang
Reporteros en esta edición: Diego Montoya, Luz Ayda Gómez, Lina Forero, Emma Jaramillo, Alejandra Clavijo,María Paula Laguna, Jorge Andrade, Daniella Cuccaro, Lina Huang, Laura Juliana Muñoz, Nathaly Martínez, Diana Carolina Suárez, Andrea Carranza, Juanita Restrepo, Luz Andrea Lancheros, Julie Paola Rodríguez, Natalia Cubillos, Lorena Álvarez.
Fotografía de portada y contraportada: (Pinturas de Fausto Ávila). Diego Montoya
Diseño y diagramación Angélica Ospina , angelikaos@gmail.com
Corrección de estilo Gustavo Patiño Díaz, gustavo_patino_diaz@yahoo.com
Impresión Javegraf
Decano Académico, Jürgen Horlbeck B. . Decana del Medio Universitario: Doris Réniz C. Directora de la Carrera de Comunicación Social: Patricia Bernal
Director del Departamento de Comunicación: Antonio Roveda
Informes y distribución: Transversal 4ª No. 42-00, piso 6. Teléfono: 3 20 83 20, ext 4587 . Fax: 3 20 83 20, ext 4576 . Distribución gratuita
Escríbanos: directobogota@gmail.com VISITE NUESTRA PÁGINA WEB:
www.javeriana.edu.co/Facultades/comunicación_lenguaje/directo_bogota/

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CONTENIDO
Cabos sueltos
HOMENAJE * Juan Pablo Arenas, Una noche que se convirtió en delirio. Detrás del despliegue informativo
El negocio de la cultura local
La Peletería Garavito
El terrenal novelista del ciberespacio
Inti Raymi: rumba ancestral en Bogotá. El cóndor ya pasó
El pintor de la bala en la cabeza
Circo Ciudad Bolívar: los sueños bajo la carpa
El cierre de Piso Tr3s. El reino del póker
Los NN de cemento
El fabricante de 'Catalinas'
Óvulos a la espera
La voz del jazz
Los espantos también tocan jazz
Regionalismo en la red
Con el retrovisor puesto
Libros: Un corredor ecológico

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El terrenal novelista del ciberespacio
Texto y fotos: Laura Juliana Muñoz
, http://laurajuliana.wordpress.com/ julianadelaurel@gmail.com
Revista DIRECTO BOGOTA, No. 24, Enero - Marzo 2009. Págs. 26 a 31.
Directora: Maryluz Vallejo
Facultad de Comunicación y Lenguaje. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá



A trancas y barrancas Juan Pablo Bonilla Carvajal, juanpb1983@gmail.com , se ha ganado un lugar en las letras capitalinas, así sean virtuales. A sus 25 años ha escrito cuatro novelas, de las cuales publicó Flores para Irma por entregas en la web. Esta es la historia de un autor hecho a pulso, quien hizo parte de los Talleres de Crónicas Barriales (2007) con la crónica “Una muerte en La Uribe”*.


Su figura es alta y escuálida; la ropa sencilla y de buen gusto; la voz, gruesa. Habla sin titubeos a pesar de su timidez. A menudo, de manera lúcida, manifiesta descontento consigo mismo y con el mundo que lo rodea. A falta de un maestro, Juan Pablo, con 25 años, se ha convertido en su más implacable crítico y educador.


Camina largos trayectos diariamente. En parte, porque a veces no tiene cómo pagar un pasaje. Pero su destino es casi siempre el mismo: una biblioteca pública para reforzar el inglés, o leer algo de ficción —su género favorito—, o seguirle la pista a alguno de las decenas de escritores sobre los cuales podría perfectamente dictar cátedra.


A los 11 años, por la mala situación económica que vino tras la partida de su padre, no pudo ir más al colegio. Desde entonces, pasó días enteros estudiando por voluntad propia o con ayuda de su mamá, quien es correctora de textos en editoriales universitarias. Buscaba textos que lo dejaran con más preguntas que respuestas, obras literarias que le permitiera recorrer la historia de Occidente. Como autodidacto, a los 19 años presentó el examen de Estado y obtuvo el cartón de bachiller.


También en la escritura ha tenido una formación empírica, de exploración en solitario. Al menos, así lo fue hasta comienzos de este año, 2009, cuando entró a la Universidad Autónoma de Colombia. Después de intentar por varios años estudiar una carrera de letras y no poder financiarla, su mamá al fin pudo apoyarlo y él acudió a un crédito de la universidad para acabar de costear la matrícula.

El teclado como única compañía


A pocas personas deja entrar en su vida. Sin ser descortés, habla poco y evita dar a conocer su personalidad. La expresión de su rostro siempre es reflexiva: cejas juntas, labios paralizados y mirada serena. No necesita de un amplio espacio para trabajar, tan sólo la libertad de su teclado para los dictados de su imaginación. Se podría decir que cuando camina por las calles —su actividad favorita—, es lo único que extraña, junto a los libros, ya que no ha tenido novias ni mascotas porque, según cuenta, está concentrado en escribir, escribir y escribir. Y eso toma su tiempo.


En este disciplinado estilo de vida disciplinado queda espacio para otras aficiones artísticas. Al menos dos veces al mes va a una sala de cine, especialmente si la película es de suspenso o de espionaje. Tampoco busca compañía: acomoda sus pequeñas gafas y se dedica a mirar con ojo crítico lo que le trae el mundo del séptimo arte. Recientemente ha disfrutado de la trilogía de El Padrino, que pasó a engrosar su lista de favoritas.





Como buen curioso, cada vez que se entera de una conferencia de literatura, allí aparece, y ha tentado la suerte en unos cuantos concursos de novela y cuento, pero no ha ganado: “Es que compito con otros 600 textos más y con autores mucho más conocidos que yo”, explica Bonilla.

Su experiencia laboral es diversa. Empezó a los 16 años como mensajero. Después fue vendedor en una caseta de colegio; uno de esos lugares donde los niños gritan, se empujan y rompen la fila. Era estresante, según cuenta, pero también algo estable que le daba para vivir y ayudarle a su familia. Luego se convirtió en digitador, es decir, ingresaba datos en un computador, sin pensar siquiera en qué era lo que escribía. Veinte pesos por dato era su recompensa.


De nuevo, cambió de trabajo. Pasó a contestar llamadas y enviar mensajes de beeper. Se aburrió. Volvió a su vieja caseta de comidas, pero esta vez en un colegio femenino, donde el ambiente era mucho más pacífico y, lo mejor de todo, le dejaba tiempo para leer.


Después estuvo en “Aló taxis” como despachador en Unicentro. Allí estuvo dos años, el tiempo que le tomó escribir su primera novela, Flores para Irma. Tan pronto terminó la novela, terminó también su empleo: “Y no lo lamento. Al final pasaba ocho horas a la intemperie y mi escasa paciencia para tolerar el ruido de la calle se hizo pedazos”. Desde mayo del año pasado no tiene empleo fijo. De vez en cuando consigue pequeños contratos para corregir textos, como su madre.


Más que letras virtuales


En Colombia, el competido medio editorial no suele apostarle a nuevos talentos, sin palanca y sin pomposos estudios. Por eso, Juan Pablo Bonilla vio en la web una forma para seguirle la corriente a su obsesión, como él mismo lo dice, de ser escritor. Así que al son de hoy tiene tres nutridos espacios: la revista Palabrero Virtual y los blogs Puesto de combate y Katz escritor . (Ver RECUADRO, más adelante)


En el 2007, Bonilla fue seleccionado para participar en Talleres Crónicas Barriales, uno de los ‘hijos’ que dejó Bogotá Capital Mundial del Libro. Allí obtuvo herramientas para escribir relatos periodísticos; publicó una crónica del barrio en el que actualmente vive, que tituló “Una muerte en La Uribe” (sobre el asesinato de un panadero, un hecho de la vida real); y conoció a las personas con quienes fundó la revista literaria en línea Palabrero Virtual : Miriam Buitrago, Ingrid González y Manuel Suárez.



El novelista. (Fotografía: fragmento de la que aparece, en blanco y negro, en la página 19 de la Revista DIRECTO BOGOTÁ , No. 24, Enero - Marzo 2009. http://www.javeriana.edu.co/directo_bogota/pdf/DB24.pdf )


Luego se unieron otros apasionados por la lectura y escritura para conformar el grupo Rémington, como se autodenomina el consejo de redacción de la revista virtual: Luz Reyes, Viviana Barreto y Carlos Cárdenas. La revista va por el número 9, con un estilo similar al de El Malpensante o, incluso, The New Yorker, y 54 páginas de pura lectura e ilustraciones, sin anuncios publicitarios (aunque los desearían). Entrevistas, cuentos, ensayos, opinión, reseñas de producción cultural y noticias son los contenidos con los que esperan algún día llegar al medio impreso.


Además de ser el subdirector de Palabrero Virtual , Juan Pablo se da la licencia para serle infiel a su género favorito, la novela, y hacer cuentos, poesía y ensayos: “Es una faceta en la que no creo llegar tener un gran futuro, pero que mantiene mi cerebro en una constante búsqueda de soluciones a los desafíos de la prosa”, sostiene Bonilla.

Novelas por entregas, como antaño


Pero, sin duda, una de sus más gratas experiencias como escritor es Puesto de combate , un blog en el que publicó su primera novela, Flores para Irma. Fueron 56 amplios capítulos que, como se estilaba desde el siglo XIX en revistas y periódicos, se publicaron por entregas durante casi dos años.


El lunes 6 de noviembre de 2006, Juan Pablo Bonilla divulgó el primer fragmento de su novela de espionaje. Para hacerla tuvo que infiltrarse en la historia de Irán, aprender algo de idiomas y analizar los entresijos de la violencia y la política.


Su personaje principal, Leonardo Katz, es un periodista colombiano al que secuestra el Al-Queda: “Es un agente secreto, por tanto tiene doble personalidad. Se me ocurrió porque muchos escritores son así. Tiene algunas características mías, como por ejemplo su desapego al país. Como él, me siento ajeno pues nunca me he establecido en un solo lugar”, explica Bonilla.


Actualmente Puesto de combate ofrece a sus lectores hasta el octavo capítulo de Ajedrez, la cuarta novela del joven escritor. Como Flores para Irma, este texto es fruto del gusto de Juan Pablo por el espionaje. Y tiene otras dos novelas inéditas: Risk I y Risk II, que algún día compartirá con sus lectores del ciberespacio.


Por lo pronto se somete a la tiranía de un horario para estudiar literatura antigua, filosofía, sociología, entre otras materias, con la meta de conseguir un buen promedio para la beca. “Allí lleno mi cabeza de conocimientos que para mí resultan invaluables; aunque todo lo que necesito para escribir como lo deseo es tiempo, y tiempo es lo que menos tengo”, afirma con cierto afán, como si temiera que no le alcance para escribir todo lo que sueña.

* http://www.javeriana.edu.co/directo_bogota/pdf/cronicasbarriales.pdf

RECUADRO
Vínculos de interés


**Revista Palabrero Virtual : http://revistapalabrero.googlepages.com/

**Novelas “Flores para Irma” y “Ajedrez” : http://puestodecombate.blogspot.com/

**Blog Katz Escritor : http://katzescritor.blogspot.com/
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AUTOPERFIL
En varios de sus perfiles adscritos a sus blogs se puede leer, en pocas palabras, quién es Juan Pablo Bonilla:.

• Cómo se define:
“Alguien que no sabe lo que busca pero guarda celoso lo que encuentra”.
• Datos de nacimiento:
3 de Junio de 1983 en Bogotá.
• Intereses:
Armas, inteligencia, libros, cine, filosofía, historia occidental, neurofisiología, ajedrez.
• Películas favoritas:
Apocalipse Now, Spy Game, The Fight Club, Munich, Ghost Dog, Rambo I – II - III, Anne Hall.
• Música favorita:
Lounge, Chill Out, Jazz.
• Libros favoritos:
La Vorágine, El manifiesto negro, Lolita, First blood, El día del chacal, El agente secreto.
• Estado Actual:
Buscando apoyo de alguna editorial para poner impresa en el mercado su primera novela.
• Interés primordial:
Seguir escribiendo y poder vivir de ello.


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NOTA: De tiempo atrás NTC ... ha tenido contacto y vinculos con la directora de la revista, Maryluz Vallejo, y con la Revista. En especial desde Nov. 22, 23 y 24 de 2.006, cuando la Dra. Vallejo participó en Cali en el Seminario Seminario Internacionl "El periodismo, la literatura y la ciencia" .
Ver: http://ntcblog.blogspot.com/2006_12_03_archive.html Numeral 3 y http://ntcblog.blogspot.com/2006_12_17_archive.html Numeral 5
De otro lado, desde esa época la revista figura en los enlaces permanente de NTC ... .
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Actualizó: NTC … / gra . Abril 20, 2009, 11:08 PM







lunes, 23 de marzo de 2009

"Diario de un loco". Lu Hsun. Presentación del libro.

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"Diario de un loco".
Lu Hsun.
Asociación "Lengua Franca", colección "Bolsillo de Duende",
en co-edición con el Taller de Edición Luis Rocca
Presentación del libro.
Miércoles, 25 de Marzo, 2009. 6:30 PM Bogotá
Librería Magisterio, Diagonal 36 bis No. 20-70. Park Way. La Soledad
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(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Dos de los panelistas con amigos
Jaime Echeverry, Juan Manuel Roca, Henry Posada,
Alberto Salcedo Ramos y Santiago Mutis Durán. ( Diciembre 2008)
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Prólogo
EL DIARIO DE UN VIDENTE

Juan Manuel Roca

Nada más parecido a la locura que la videncia, que la capacidad de adelantarse a una realidad que apenas se incuba. Un escritor sin la malicia literaria de
Lu Hsun, con algo más de soberbia y menos de destreza, hubiera podido titular Diario de Un Vidente a este inquietante, aterrador y lúcido relato.

La evidencia, que es aquello que se manifiesta de manera clara a tal punto de que nadie pueda dudar de ella de manera racional, es un estado inferior a la videncia, que es aquella que por intuición o por un rapto poético parece prescindir de lo aparentemente racional, y a riesgo de la temeridad puede volverse cierta.

De esa naturaleza profética es la visión que transmite Lu Hsun en esta pequeña y gran obra maestra. A partir de ella se han suscitado las más diversas interpretaciones metafóricas, alegóricas e historicistas, a tal punto de ser uno y muchos libros.

Amar el tótem lo mismo que el tabú es lo propio del arte. El tótem como emblema de lo conocido, el tabú como divisa de lo que está por conocerse, más allá de lo que diga el doctor Freud, siempre merece la cercanía de la ficción, de algo de tan alto rango estético que nos haga partícipes de una “otra” realidad compartible. De esto último nos da noticias la prosa justa, equilibrada y sugerente de Lu Hsun.

“El Diario de un Loco” remite en una de sus primeras lecturas a desentrañar la repulsa, el carácter refractario frente al tabú de la antropofagia, pero más aún frente a un mundo teratológico que se devora a sí mismo, recordando la paradoja de que no hay nada tan humano como la falta de humanidad.

El tema de la antropofagia para la literatura de Occidente ha sido tratado y maltratado en centenares de páginas.

Robert Louis Stevenson, en una de sus estancias en las islas Marquesas asistió a una sagrada fiesta de culto polinésico. Se solazaba mirando con admiración los ritos hasta que se dio cuenta de que él iba a ser la cena” y de esto hizo una eficaz aunque un tanto candorosa narración.

El gran poeta polaco Boleslaw Lesmian en sus “Aventuras de Simbad el marino” imaginó una tribu de pigmeos que amaban tanto al prójimo que lo querían llevar por siempre incorporado.

Nuestro cercano Roberto Arlt vivió la pesadilla de “Los hombres fieras” y su gozoso canibalismo.

Guy de Maupassant relata en uno de sus cuentos de “Bola de sebo”, “La cabellera”, la historia de un necrófilo, y lo hace como Lu Hsun desde el expediente de un hombre loco que lleva un diario de sus delirios.

Y hasta el ecuatoriano Pablo Palacios, que murió en 1947 asediado por la locura como el mismo Maupassant, relató en su novela “Un hombre muerto a puntapiés” la historia de un antropófago encerrado en una penitenciaría.

Se trata, en cada uno de estos episodios caníbales, de unos rasgos descritos desde una mirada que no excluye lo antropológico, a pesar de ser ficciones, de una serie de ironías sobre la naturaleza humana que podemos leer imperturbables como productos febriles de la fantasía, de un gran virtuosismo narrativo.

Con Lu Hsun la cosa es a otro precio. Su entrañable personaje, un hombre que empieza a dudar de su cordura al creer que en la aldea lo quieren hacer comer carne humana y que le será difícil encontrar a un hombre verdadero “tras cuatro mil años de canibalismo”, se nos incrusta de tal manera en la piel y en la conciencia que con pocas pinceladas nos hace partícipes de la autofagia -comerse al otro es comerse a sí mismo-, que se adueña del mundo. Es como si, en verdad, se nos revelara un secreto escondido en los pliegues ocultos de la realidad y de la historia.

De paso, como al desgaire, Lu Hsun crea en pocas páginas un gran fresco de la China feudal, de un oscuro pasadizo de cuño imperial. Ese quizá fuera el gran mérito para que Mao Tse Tung lo revindicara para la historia, ante la incomprensión de muchos juzgadores oficiales. El silogismo sale al paso: lejos de la explotación y de la idea del hombre como lobo del hombre, ¿habrá algo más caníbal que la usura y el orden consumista, que el capital y los imperios?, Algo así debió formularse el lector avisado de esos tiempos, más allá de la chatura del realismo socialista.

Acá bien vale la pena la analogía y recordar la sentencia de Louise Michel, la visionaria anarquista: “Como la antropofagia ha pasado, pasará el capital. He ahí el corazón del vampiro, donde hay que golpear”.

Ahora, hacer esa única interpretación política podría resultar un tanto simplista, pero es inevitable no hacerse esa reflexión tras su lectura. Resulta inevitable señalar el carácter profundamente político de su extraña parábola, más allá, como lo señala Sergio Pitol, de la recurrente dicotomía entre propaganda y literatura.

Se trata de la visión de un mundo crepuscular, de viejo cuño, de un paréntesis entre dos nadas, de una visión romántica si se quiere en la acepción de Goethe: “lo romántico es lo que está enfermo”.

La recurrencia en las fases lunares del diario, los augurios leídos en sus formas, el monólogo en guardia de quien empieza a preguntarse por qué diablos el perro de la familia Chao lo mira dos veces, van creando un clima de zozobra para hacernos partícipes como lectores de un mundo vejado por el hombre tras las leyes feudales, por los cercos de la usura, por el apetito de los arrendatarios, “el veneno de sus discursos” y el gusto impuesto y creciente de devorar hombres.

La descripción de esa ya legendaria aldea de los lobeznos es también la de una comunidad que va forzando a muchos al suicidio, en concordancia con la idea de Artaud de que no hay suicidas sino suicidados. Inmolados por la sociedad, por los pases hipnóticos que generan las normas, los suicidas resultan ser los excluidos del mundo en una larga cadena de asentimientos y silencios.

Ese recurso puntual, la idea de señalar la locura como una forma de descalificar a la verdad, envuelve una metáfora a lo largo de todo el relato de Lu Hsun.

Es un alegato sobre la ceguera histórica, que no es más que la ceguera impuesta. ¿Qué le pasaría a usted si al despertar se encuentra con que ha vivido toda la vida entre gente que come carne humana desde varios milenios atrás, por multitud de generaciones, y que esa comunidad quiere hacerlo partícipe como comensal o como alimento en una cena?
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Taller de Edición Luis Rocca , Catálogo. Pronto allí este libro.
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El taller en la Red de Editoriales Independientes Colombianas REIC
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NoTiCas de NTC … :
Algo más sobre el autor y el libro: http://www.letraslibres.com/index.php?art=13126
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Actualizó: NTC … / gra . Marzo 23, 2009. 10:17 AM

domingo, 15 de marzo de 2009

"Alquimia de escritor". Roberto Rubiano Vargas.

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"Alquimia de escritor"
Prólogo, selección y notas de
Roberto Rubiano Vargas (1)
Intermedio Editores. Primera edición. Abril de 1991.
12.7 x 20.9 x 1.4 cms. 150 páginas. Pasta dura. Cosido.

Carátula de la cubierta del libro.
La ilustración es parte de grabado de un Ex libris hecho por
Jenó Haranghy (1894-1951, Húngaro) para Bela Halmáguí, en 1926.
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Contraportada de la cubierta del libro . Texto:
Un libro auxiliar para profesores de literatura a todo nivel.
Una guía para el desarrollo creativo de los talleres de literatura.
De la mano de los grandes escritores del mundo, los temas claves de la literatura
adquieren una definición sustancial y comprensible.
El arte y el oficio de escribir explicados sin truculencias teóricas o verbales.
Más de un centenar de maestros universales - de la talla de Umberto Eco, Truman Capote, Jorge Luis Borges - cuentan cómo aprendieron a leer, escribir, a tener un estilo, dominar una técnica, degustar la poesía, el teatro, la novela, el cuento, el cine.
Un manual de referencia para estudiantes o simples lectores.


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Solapas de la cubierta


Narrador y fotógrafo, Roberto Rubiano Vargas (1) también trabaja en la realización de cortometrajes y videos. Nació en Bogotá en 1952. Ha publicado los siguientes libros: en 1978, la antología Fotografía colombiana contemporánea (coautor); en 1981, una colección de cuentos, Gentecita del montón; en 1983, Crónica de la fotografía en Colombia 1841-1948 (coautor); en 1985, en Quito, Anuncios de hoja­lata, y en 1988, una novela corta juvenil, Una aventura en el papel. Excepto el libro publicado en Quito, los demás libros fueron producidos por Carlos Valencia Editores.

Rubiano Vargas obtuvo el premio nacional de cuentos de la Fundación Guberek en 1981, Y también el primer premio en el 11 Concurso Nacional de Cuentos de El Diario del Caribe, de Barranquilla, en 1975.

Desde 1982 reside en Quito, donde es corresponsal de la revista Cromos.
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Carátula del libro sin cubierta
Citas de grandes autores sobre el
Taller Literario
ALQUIMIA DE ESCRITOR
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Fotos de Roberto Rubiano
Izq.: de Ricardo Mora (1990, aprox), en la solapa de la cubierta del libro.
Der.: de María Isabel Casas de NTC ... (Cali, Nov. 22, 2007.
Fuente: http://ntc-documentos.blogspot.com/2007/11/maestros-del-genero-confrencias.html , allí confrencia de Rubiano sobre el genero "Cuento")

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Epígrafes
Lector que a veces eres recuerdo de presencia frente a mis páginas y no tienes presencia: tu cara se acerca y espejea en mis hojas soñando ser, y no tienes presencia. Lo que me ocupa es el lector: eres mi asunto, tu ser desvanecible por momentos: lo demás es pretexto para tenerte al alcance de mi procedimiento.
Macedonio Fernández
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Quiero señalar también que aun cuando todas las circunstancias que rodearon a cada escrito fueran exhumadas y mostradas al lector, no por ello estaría éste más cerca del misterio de la creación.
Henry Miller
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CONTENIDO (INDICE)
Presentación 13
La lectura: principio y fin de la escritura 16
El sencillo arte de escribir 24
La nostalgia como materia narrativa 33
El escritor y la técnica 40
Computadores, teclas, plumas 50
El estilo es el hombre 55
La literatura como arte 61
El cuento: un género específico 66
La novela, ese género desconocido 73
Poesía: el sagrado arcano 82
Publicación, publicidad, público 86
Consejos para sobrevivir (como escritor joven o no) 93
El cine: la tentación del siglo XX 98
Periodismo y creación literaria 109
Narrar para los niños, un oficio con oficio 113
Escritura, sufrimiento, éxito y fracaso 119
La crítica, esa abuela desalmada 126
Literatura y ética social 137
Vida privada y otras manías 145
(Por ejemplo, hablar mal de otros escritores)
Bibliografía
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PRESENTACIÓN (PROLOGO)
Por Roberto Rubiano Vargas (1) . (Los enlaces y las imágenes son de NTC ...)
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En El oficio de escritor‎ *, el clásico libro, entrevistas de la París Review *, William Faulkner * declaraba que el lugar perfecto para un escritor era una casa de citas, porque en la mañana se podía escribir en silencio y en la noche había todo el bullicio y vida alegre que pudiera necesitar.

Este libro comparte con ese lugar ideal mencionado por Faulkner el mismo sentido de clandestinidad y culpa. Es un libro hecho de amores pasajeros, tomando opiniones de entrevistas, cartas, revistas, novelas, prefacios, etc. En su selección debe haber olvidos, porque como señala Borges; las omisiones siempre se notan más que las selec­ciones. Pero en general este libro nace de la consideración de que el escritor necesita hablar de su oficio. De la mañana a la noche un escritor está viviendo para la lite­ratura. Lee para escribir, escribe para leer el libro que nadie ha escrito. Vive de literatura. Sueña con literatura. Descansa para poder seguir escribiendo. Todo en su vida gira alrededor de la literatura. Por eso resulta fácil que apenas le dan oportunidad, se largue a hablar con gene­rosidad sobre literatura. La suya y la de los demás.

Esta es una charla informal sobre la alquimia literaria. Una charla en la que ningún escritor estuvo junto a otro, sin embargo todos estuvieron conmigo a través de sus palabras, sensatas o frívolas, pero en general amenas. En este conjunto de ideas no hay recetas para aprender a escribir, a menos que algún despistado tome al pie de la letra las apreciaciones aquí reunidas. Cada cual es libre de encontrar las asociaciones e interpretaciones que pre­fiera. Yo me he limitado a reunirlos en mi mesa de trabajo y me he divertido con ellos durante muchos años leyendo sus opiniones en largos kilómetros de papel impreso, y luego, como un buscador de oro de esos relatos de Jack London que me acompañaron en la infancia, lavando el plato durante el tiempo que demoré preparando este trabajo.

Las condiciones que me impuse fueron pocas. Evitar las referencias directas a obras, circunstancias, fechas, co­yunturas políticas o literarias, y un gran respeto a las opiniones escogidas, tratando de hacer sintéticas las citas sin que perdieran sentido.
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.*

La dispendiosa edición del material escogido trata de darle una continuidad al texto, eliminando, casi, la pre­sencia del "propietario" de la idea, o la acumulación de citas a la manera de los libros de "citas citables", o una pretenciosa ilación que volviera soporífero el texto.

Estas páginas no enseñan a escribir, pero tal vez sí ense­ñen a leer de otra manera. En esta hora en que la búsqueda del lector se hace tan difícil para el escritor, en que la oferta editorial es tan confusa, acercarse a las razones de la literatura quizá permitan al lector llano acceder a herra­mientas que afinen su criterio.
. *

Este libro también puede verse como un manual de refe­rencia. Util a profesores, estudiantes o simples lectores. No menciono a los escritores porque ellos están conteni­dos en el último robro.
Tiene un sentido práctico. Porque es un libro hecho por el monólogo aislado de muchos autores que en diferentes épocas han repetido las mismas cosas, hasta llegar a este compendio cernido por la terquedad del tiempo. En él evité, hasta donde fue posible, incluir opiniones de lecto­res especializados, es decir, los estudiosos de la literatura, críticos y otros especímenes de fauna similar. No por fobia hacia ellos, sino por lógica. Cada gran novela genera tal cantidad de estudios, interpretaciones y elucubracio­nes, que espigar, aunque sea de manera superficial en ese horizonte de interpretaciones, haría interminable este trabajo. Cualquier excepción se entenderá que es justificada.

Interminable también sería aguardar a tener una selección ideal de opiniones. Las aquí incluidas son una selección arbitraria del compila dar. Me inclino a pensar que otra selección, hecha por otro lector, utilizando las mismas fuentes, sería bastante diferente. Tan diferente como mis huellas digitales de las huellas digitales de otro compila­dar. Por tanto este libro termina en el punto donde cual­quier otro podría continuar.
Su esencia es tan mutable como la creación literaria.
Este libro nace del oficio de leer. Por tanto el primer tema en este diálogo entre escritores deberá ser ese. ¿Por qué se lee?
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* Las dos carátulas de The Paris Review que aparecen aquí corresponde al No. 12 (1956, con la entrevista a Faulkner) y la No. 187 (la última del 2008) . Fuente: http://theparisreview.org/
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NUEVA EDICIÓN DEL LIBRO
ICONO EDITORIAL LTDA. http://www.iconoeditorial.com/ Febrero 15, 2006.
http://www.iconoeditorial.com/libro.html?libro_id=4

Roberto Rubiano Vargas logra un diálogo «posible» entre grandes escritores sobre los temas de mayor interés para la literatura.Por las páginas de este libro deambulan sus fobias (las de ellos), sus secretos (los de ellos), sus momentos de penumbra y sus más encumbradas reflexiones. Y también sus estupideces.
Para los insatisfechos, para los iniciados, los desilusionados, los frustrados, para los siempre aprendices, para los aprehendidos, para los sobrados, «AQUÍ ESTÁN, ESTOS SON, TODOS LOS QUE SON!»
Por la A, de Arenas, tenemos a Reinaldo; por la B, de Borges, tenemos a Bufalino; por la C, a Capote, Carpentier, Cendrars, Conrad, Cortázar; por la K: a Kafka y a Kundera; por la W: Wilde, Welles, Wolfe; por la… Yurkievich, Joyce, Lowry, Madariaga, Gombrowicz, Fitzgerald, Chandler, Vargas Llosa (siguen más firmas).

Roberto Rubiano Vargas (Bogotá, 1952) es narrador, fotógrafo y documentalista, autor de la novela El anarquista jubilado; los libros de cuento Vamos a matar al dragoneante Pelaez, ,i>El informe de Galves (Premio Nacional íCiudad de Bogotáî, IDCT, 1993), Gentecita del montón (Premio Nacional de Cuento, 1981); las novelas para jóvenes Una aventura en el papel y En la ciudad de los monstruos perdidos, y el libro de poemas Relato del peregrino, además de las investigaciones Fotografía colombiana contemporánea, Crónica de la fotografía en Colombia y la biografía Robert Capa, imágenes de guerra. Sus obras han sido seleccionadas en numerosas antologías, y su más reciente premio nacional le fue otorgado por el diario El Tiempo en 2001 al mejor cuento corto. ( http://www.iconoeditorial.com/popups/autor.html?autor_id=1 ) (1)
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Buena parte de está libro en Google books:
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Comentarios y reseñas sobre el libro:
Alquimia de escritor.
Prólogo, selección y notas de Roberto Rubiano-Vargas, Icono, Colombia, 2006.
(Escribe: Álvaro Castillo-Granada).
http://www.revistaaleph.com.co/breve.php3?id_breve=32
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Acerca del oficio
Boletín Cultural y Bibliográfico , Número 28, Volumen XXVIII, 1991
http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti5/bol28/oficio.htm
Alquimia de escritor. Citas de grandes autores sobre el taller literario
Prólogo, selección y notasde Roberto Rubiano Vargas . Intermedio Editores, Bogotá, 1991, 150 págs.
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* NoTiCas y complementaciones de NTC … :
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*SOBRE LA CITA DE WILLIAM FAULKNER
EN "THE PARIS REVIEW"
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THE PARIS REVIEW No. 12. Spring 1956 **
El parrafo en donde se encuentra lo expresado por Faulkner:
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INTERVIEWER
Then what would be the best environment for a writer?
FAULKNER
Art is not concerned with environment either; it doesn’t care where it is. If you mean me, the best job that was ever offered to me was to become a landlord in a brothel. In my opinion it’s the perfect milieu for an artist to work in. It gives him perfect economic freedom; he’s free of fear and hunger; he has a roof over his head and nothing whatever to do except keep a few simple accounts and to go once every month and pay off the local police. The place is quiet during the morning hours, which is the best time of the day to work. There’s enough social life in the evening, if he wishes to participate, to keep him from being bored; it gives him a certain standing in his society; he has nothing to do because themadam keeps the books; all the inmates of the house are females and would defer to him and call him “sir.” All the bootleggers in the neighborhood would call him “sir.” And he could call the police by their first names. So the only environment the artist needs is whatever peace, whatever solitude, and whatever pleasure he can get at not too high a cost. All the wrong environment will do is run his blood pressure up; he will spend more time being frustrated or outraged. My own experience has been that the tools I need for my trade are paper, tobacco, food, and a little whiskey.
INTERVIEWER
Bourbon, you mean?
FAULKNER
No, I ain’t that particular. Between Scotch and nothing, I’ll take Scotch.
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** Fuente: http://theparisreview.org/viewinterview.php/prmMID/4954 y de allí a
http://theparisreview.org/media/4954_FAULKNER4.pdf en dónde está toda la entrevista en inglés.
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EL PARRAFO ANTERIOR EN ESPAÑOL:
Fuente: http://www.quieroserescritor.com/escuela07_faulkner.html (Y allí casi toda la entrevista)

—Entonces, ¿cuál sería el mejor ambiente para un escritor?
—El arte tampoco tiene nada que ver con el ambiente; no le importa dónde está. Si usted se refiere a mí, el mejor empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar. Goza de una perfecta libertad económica, está libre del temor y del hambre, dispone de un techo sobre su cabeza y no tiene nada qué hacer excepto llevar unas pocas cuentas sencillas e ir a pagarle una vez al mes a la policía local. El lugar está tranquilo durante la mañana, que es la mejor parte del día para trabajar. En las noches hay la suficiente actividad social como para que el artista no se aburra, si no le importa participar en ella; el trabajo da cierta posición social; no tiene nada qué hacer porque la encargada lleva los libros; todas las empleadas de la casa son mujeres, que lo tratarán con respeto y le dirán "señor". Todos los contrabandistas de licores de la localidad también le dirán "señor". Y él podrá tutearse con los policías. De modo, pues que el único ambiente que el artista necesita es toda la paz, toda la soledad y todo el placer que pueda obtener a un precio que no sea demasiado elevado. Un mal ambiente sólo le hará subir la presión sanguínea, al hacerle pasar más tiempo sintiéndose frustrado o indignado. Mi propia experiencia me ha enseñado que los instrumentos que necesito para mi oficio son papel, tabaco, comida y un poco de whisky.
—¿Bourbon? —No, no soy tan melindroso. Entre escocés y nada, me quedo con escocés.
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EL ESCRITOR CALEÑO Alberto Esquivel publicó (Año 2000 aprox) el siguiente libro en donde seleccionó algunas preguntas y respuestas de varios de los escritores que aparecieron el LA PARIS REVIEW y además otros textos sobre "EL OFICIO DE ESCRITOR"
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Actualizó: NTC … / gra . Marzo 16, 2009 . 2:06 PM
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El cuento: un género específico
Por Roberto Rubiano Vargas.
Tomado del libro: “ALQUIMIA DE ESCRITOR”. Citas de grandes autores sobre el Taller Literario. Prólogo, notas y selección de Roberto Rubiano Vargas (1). Intermedio Editores, 1991. Bogotá. Primera edición. Pags 66 a 72, (Segunda edición Icono Editorial, 2006).
Escaneó, reprodujo y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.­blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Marzo 17, 2009
Publicado en La musa y el artesano. Roberto Rubiano Vargas
http://ntc-documentos.blogspot.com/2009_02_18_archive.html

El cuento corto o short story ha generado cataratas de definiciones, apotegmas, codas y demás reducciones. Aún no termina el bizantino debate sobre las diferencias entre un cuento, un relato, o una novela corta, pues aunque los autores sensatos tienen sus propias y claras ideas al respecto, la diletancia intelectual nunca concluirá con el tema.
En un texto sobre sus propios relatos, Heinrich Böll anotaba que cuando él se iniciaba en la escritura, hacia los años treinta, había a su alcance por lo menos de treinta a cuarenta manuales sobre la manera de ejecutar un cuento. Si esto era posible sólo en un idioma, el alemán, multipliquemos por los demás idiomas, sumemos casi sesenta años de publicaciones, para imaginar la cantidad posible de textos, principios, anotaciones, opiniones que puedan haberse vertido sobre la manera de hacer un cuento. En nuestro idioma Horacio Quiroga escribió una summa sobre el cuento que ha sobrevivido por años: su decálogo del cuentista perfecto, decálogo que a propósito está incluido en gran parte en esta colección de citas, lo cual no sé si habla bien de Quiroga, o muy mal del autor de la selección. En todo caso son demasiados los autores que se han detenido en él, por ejemplo, Julio Cortázar hizo glosas de ese decálogo, algunas de las cuales también están incluidas en esta selección. En general los escritores siempre han dejado consignadas sus opiniones sobre su peculiar manera de concebir el cuento. Leerlas podría ayudar a quien se decide a escribir cuentos a encontrar la mejor manera de ejecutarlos, pero sobre todo debería permitir al lector llano acercarse a la magia de este género perfecto de la narrativa.
Esta selección, por tanto, es muy limitada comparada con la que podría llegar a hacerse si el autor tuviera la paciencia, el interés y creyera que fuera necesario hacerla.
Es sólo una breve sugerencia.
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Julio Cortázar. Nunca aprendí a escribir cuentos. Podría repetirle la boutade de Picasso (sin ninguna vanidad): "Yo no busco, encuentro". Yo encontré el cuento.
Truman Capote: Creo que el cuento, cuando es explorado seriamente, es el más difícil y el más riguroso de los géneros en prosa existentes. Todo el control y la técnica que yo pueda tener se lo debo enteramente a mi adiestramiento en este género.
William Faulkner: Tal vez todo novelista quiere escribir poesía primero, descubre que no puede y a continuación intenta el cuento, que es el género más exigente después de la poesía. Y, al fracasar también en el cuento, y sólo entonces, se pone a escribir novelas.
Truman Capote: El relato breve es la forma más difícil para la persona que verdaderamente sabe utilizarla. La mayoría de la gente es incapaz de escribir relatos, de modo que no importa. Pero, para aquel que es un artista del cuento, es lo más difícil porque exige el mayor dominio y precisión. Muchos escritores hacen cuentos, pero no escriben relatos, así que no saben lo que hacen.
Patricia Campbell: Cuento es contar. Cuando no se narra una obsesión, un recuerdo o una pesadilla, se hilan palabras inútilmente.
Abdón Ubidia: El cuento breve es la forma inicial de toda cultura y añadiríamos de toda historia. No hay mito que no haya encontrado en él su mejor expresión.
Truman Capote: Hay demasiados escritores que parecen pen­sar que escribir cuentos no es más que una manera de ejercitar la mano. Bueno, en esos casos es seguro que lo único que están ejercitando es la mano.
Cesare Pavese: Mis relatos son -en la medida que están logrados- historias de un contemplador que observa cómo ocurren cosas más grandes que él.
Augusto Monterroso: En los cuentos uno tantea la buena disposición del interlocutor (lector) para escuchar una historia, un chisme, digamos, rápido y breve, que lo pueda conmover o divertir un instante, y en esto reside el encanto de Chejov.
Patricia Campbell: El cuento es una estructura completa, donde nada falta ni sobra. Un mundo aparte. Cada sugerencia, imagen y frase, respira del mismo aire.
J. G. Ballard: El cuento está más cerca de la pintura. En general no representa más que una escena. De este modo se puede obtener la intensidad y la convergencia, fuerte y brillante, que se encuentra en los cuadros superrealistas. Es mucho más difícil conseguir eso en una novela, porque ésta comporta elementos narrativas. En la novela hay que construir el tiempo. En un relato, en cambio, se le puede eliminar y provocar esa extraña sensación, esa clase de atmósfera.
Julio Cortázar: ... cuando escribo un cuento busco instintivamente que sea de alguna manera ajeno a mí en tanto demiurgo, que eche a vivir con una vida independiente, y que el lector tenga o pueda tener la sensación de que en cierto modo está leyendo algo que ha nacido por sí mismo, en sí mismo y hasta de sí mismo, en todo caso con la mediación pero jamás la presencia manifiesta del demiurgo.
Horacio Quiroga: No pienses en los amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento.
Patricia Campbell: En todo buen cuento existe la frase indeleble. La imagen perfecta o al menos la palabra apropiada imposible de olvidar.
Cristina Peri Rossi: En el cuento todo conduce hacia ese efecto que se desea producir con la precisión de un mecanismo de relojería.
Charles Baudelaire: Si la primera frase no está escrita con el fin de preparar la impresión final, la obra será defectuosa desde el principio.
Horacio Quiroga: Toma los personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste ...
Edgar AlIan Poe: Un hábil artista literario ha construido un relato. Si es prudente, no habrá elaborado sus pensamientos para ubicar los incidentes, sino que, después de concebir cuidadosamente cierto efecto único y singular, inventará los incidentes, combinándolos de la manera que mejor lo ayude a lograr el efecto preconcebido. Si su primera frase no tiende ya a la producción de dicho efecto, quiere decir que ha fracasado en el primer paso. No debería haber una palabra en toda composición cuya tendencia, directa o indirecta, no se aplicara al designio preestablecido. Y con esos medios, con ese cuidado y habilidad, se logra por fin una pintura que deja en la mente del contemplador un sentimiento de plena satisfacción. La idea del cuento ha sido presentada sin mácula, pues no ha sufrido ninguna perturbación.
Katherine Anne Porter: Si no sabía el final de un relato, no lo empezaba. Siempre escribo primero mis últimas líneas, mi último párrafo, mi última página, y después vuelvo atrás y trabajo hacia el final. Así sé a dónde voy y cuál es mi meta. Y cómo llego ahí es el favor de Dios.
Truman Capote: Yo tengo muy buen sentido de la construcción. Construyo al revés. Siempre lo empiezo todo por el final y voy hacia atrás, hacia el principio. ¡Siempre es bueno saber a dónde va uno!
Emest Hemingway: Algunas veces uno sabe la historia. Algunas veces uno la inventa a medida que escribe y no tiene la menor idea de cómo va a salir. Todo cambia a medida que se mueve. Eso es lo que produce el movimiento que produce el cuento. Algunas veces el movimiento es tan lento que no parece estarse moviendo. Pero siempre hay cambio y siempre hay movimiento.
Pieyre de Mandiargues: Para escribir un cuento, una pieza teatral, necesito un argumento extraordinario. Ya, ya sé que ustedes podrían objetar que también es necesario escribir sobre las cosas corrientes, pero a mí lo común me aburre.
Truman Capote: Hallar la forma correcta para un cuento es sencillamente descubrir la manera más natural de contarlo. El modo de probar si un escritor ha intuido o no la forma natural de su cuento consiste sencillamente en esto: después de leer el cuento ¿puede uno imaginárselo de una forma diferente, o silencia el cuento la imaginación de uno y parece absoluto y definitivo? Del mismo modo que una naranja es definitiva, algo que la naturaleza ha hecho de la manera precisamente correcta.
Julio Cortázar: (Mi concepto sobre el cuento) es muy severo: alguna vez lo he comparado con una esfera, es algo que tiene un ciclo perfecto e implacable, algo que empieza y termina satisfactoriamente como la esfera en que ninguna molécula puede estar fuera de sus límites precisos.
Un cuento puede mostrar una situación y tener un interés anecdótico, pero para mí no es suficiente, la esfera tiene que cerrarse. Lo que no quiere decir que niegue la posibilidad de cuentos admirables -como algunos de Katherine Mansfield­ que no responden a mi noción del cuento pero que me gustan mucho. Simplemente yo no los hubiera escrito así.
Jaime Echeverry: El cuento bien logrado permite, o tal vez obliga, repetir su lectura.
Julio Cortázar: Pienso que el tema comporta necesariamente su forma. Aunque a mí no me gusta hablar de temas prefiero hablar de bloques. Repentinamente hay un conjunto, un punto de partida. Hice muchos de mis cuentos sin saber cómo iban a terminar ( ... ) Es lo que me interesa más: guardar esa especie de inocencia -una inocencia muy poco inocente, si usted quiere, porque finalmente soy un veterano de la escritura­ como actitud fundamental frente a lo que va a ser escrito.
Katherine Anne Porter: Un cuento se forma y se forma en mi mente, y cuando está listo para salir sólo tarda el tiempo que necesito para mecanografiarlo. Nunca pienso en la forma para nada.
Felisberto Hemández: Mis cuentos no tienen estructuras lógicas. A pesar de la vigilancia constante y rigurosa de la conciencia, ésta también me es desconocida. En un momento dado siento que dentro de mí nacerá una planta. La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara del todo. Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado: no se cómo hacer germinar la planta, ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma está destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. ( ... ) Ella misma no conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia no las alcance. No sabrá el grado y fa manera en que la conciencia intervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y enseñará a la conciencia a ser desinteresada.
Lo más seguro de todo es que yo no se cómo hago mis cuentos, porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros que ella les recomienda.
Gabriel García Márquez: Uno siente cuando una cosa no era una novela, sino un cuento que ha sido desarrollado artificialmente, o cuando un cuento tenía el impulso de una novela y se quedó en cuento. Además, la misma concepción y el mismo trabajo de los dos géneros es completamente diferente. Escribir cuentos es como fraguar en concreto: si el concreto no fragua, se jodió y tienes que empezar otra vez, tiene que ser todo junto y de una vez. En cambio, escribir novelas es como pegar ladrillos: si este muro no te salió, tiras el muro y lo rehaces, corres la puerta para allá, etc. En el cuento, esto no se puede hacer. El cuento sale de una vez o no sale. El cuento se concibe de una sola vez completo y redondo, y si no es así, no sirve, ya no vas a encontrar cómo remendado y cómo terminado. En el momento en que concibes el cuento lo tienes listo, íntegro. En cambio, en la novela puedes partir de una idea, o de una imagen y seguir dándole vueltas, inclusive trabajada en la máquina y construirla en la máquina.
Julio Cortázar: Cuando eso me cae encima y yo sé que voy a escribir un cuento, tengo hoy, como tenía hace cuarenta años, el mismo temblor de alegría, como una especie de amor, la idea de que va a nacer una cosa que yo espero va a estar bien.
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La novela, ese género desconocido
La novela es un objeto de papel no identificado con claridad, incluso por los mismos escritores. Es más fácil escuchar, o leer definiciones sobre lo que no es la novela, antes que una explicación redonda, sencilla y de un párrafo, sobre lo que sí es la novela. Los que prefieren salir rápido del asunto citan la Biblia, La Ilíada, La Odisea y luego al Quijote como sus fuentes. Otros hablan del género burgués por excelencia. Algunos más avisados mencionan a Tirant lo Blanc como el primer ejemplo acabado del género. Yo evito enunciar nuevas teorías y más bien me uno a este coro para enumerar la lista más repetida como origen de la novela, que por consenso destaca tres libros ejemplares: Tirant lo Blanc de Joanot Martorell; Las aventuras del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes y en la versión más acabada y -aquí sí- proposición burguesa y completa del género, Robinson Crusoe de Daniel Defoe.
Otra salida común resulta la enumeración de los subgrupos de la novela: histórica, de caballería, policíaca, de costumbres, etc.; o su parcelación por nacionalidades, francesa, rusa, española, argentina o mexicana. Pero como señala Marthe Robert: "la variedad no explica el género, que es precisamente lo invariable".
Lo cierto es que la novela como género nació bajo el sino de lo prohibido. Cuando a don Alonso Quijano se le corrió la teja y sus buenos amigos hicieron la primera

quema de libros famosa en la historia (las otras serían más bien infames: la inquisición, los camisas negras nazis, sus émulos de las dictaduras del cono sur, los agentes del senador McCarthy, los enloquecidos guardias rojos del comandante Mao, los servicios secretos del comandante Zdanov, etc.), en la cual ejecutan todo un pasado de la imaginación fácil. O sea ese catálogo de las novelas de caballerías que nadie ha leído, que nadie puede leer ahora, pues sólo existe un reducido. número de ellas en un número aún más reducido de bibliotecas. Se salva de esa famosa hoguera, en las primeras páginas del Quijote, claro, Tirant lo Blanc. Extraña hermandad de estas dos primeras novelas modernas, que en síntesis no son más que hermosos libros de aventuras.
Luego cuando Diderot hace su Jacques el fatalista, prefiere el aspecto, digamos, filosófico delo narrado que el meramente de ficción. Idéntico caso veríamos en las novelas de los enciclopedistas, como Voltaire, y así hasta que la novela decimonónica superó al folletín, mediante el cual, de todos modos se conoció a Dickens, a Dumas padre y con el cual, también, pagó algunas cuentas de lavandería el padre Balzac.
Hoy, la novela está definida por la práctica. Se lee en varias sesiones, tiene como medida habitual más de cien o ciento cincuenta páginas, más de un personaje. Narra un hecho histórico, un juego de inteligencia, una situación de suspenso, quizá un espacio de tiempo, las costumbres de una época, etc. Es una experiencia de vida comprimida entre dos tapas de cartón. Sin embargo, nadie ha redactado todavía el párrafo perfecto que la defina con limpieza.
Algo tan sencillo como el enunciado de Novalis, que no es más que una versión palíndromo de lo que sería una definición de la novela y con la cual iniciamos este diálogo sobre el tema:
Novalis: Una novela es una vida vista en su aspecto de libro. Cada vida tiene un epígrafe, un título, un editor, un prólogo, un prefacio, un texto, notas, etc. Tiene, o puede tener todas esas cosas.
Ernesto Sábato: La novela fue tantas cosas opuestas entre sí, tuvo y tiene una complejidad tan indescifrable que sabemos lo que es una novela si no nos lo preguntan, pero comenzamos a titubear cuando lo hacen.
… sigue… en el libro.
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Textos relacionados:
Conferencia:
EL CUENTO: DE LO ORAL A LO ESCRITO
Roberto Rubiano Vargas
MAESTROS DEL GENERO. Conferencias magistrales
http://ntc-documentos.blogspot.com/2007/11/maestros-del-genero-confrencias.html
· * Fue coordinador nacional de la Red de Talleres de Escritura Creativa, RENATA*, del Ministerio de Cultura . Actualmente (Marzo 2009) es escritor asociado (1).
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LA MUSA Y EL ARTESANOPor Roberto Rubiano Vargas *Ilustraciones de David PintorSi la literatura está más cerca del arte o de la técnica es una vieja disputa. El avezado cuentista, amparado en su experiencia como director de talleres, renueva la pregunta: ¿es posible enseñar a escribir buena literatura?
.Revista EL MALPENSANTE, No. 94. Febrero 15, 2009. Páginas 55 a 61.
* (Bogotá, 1952), escritor y fotógrafo, estuvo a cargo de la Red de Talleres de Escritura Creativa RENATA del Ministerio de Cultura.
El autor leyó esta conferencia en la Fiesta del Libro de Medellín, 2008.
VER:
La musa y el artesano. Roberto Rubiano Vargas
http://ntc-documentos.blogspot.com/2009_02_18_archive.html
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Actualizó: NTC … / gra . Marzo 17, 2009 2:33 PM

viernes, 13 de marzo de 2009

La bondad de las almas muertas. Elkin Restrepo. Cuentos.

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Nos Topamos Con ... .http://ntcblog.blogspot.com/ ,

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Actualización al 5 de Mayo 2010:
1.- Portal del Poeta: http://www.elkinrestrepo.com/


El escritor Elkin Restrepo presentará su libro,
La bondad de las almas muertas,
en Medellín.

"La bondad de las almas muertas" es el nuevo título de la colección de cuentos Sólo para adultos de Panamericana Editorial. El autor tendrá dos presentaciones:

Jueves 19 de marzo
en la Casa Museo Otraparte
Carrera 43A No. 27A Sur11 (Envigado), a las 7:00 p.m.
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Viernes 27 de Marzo
Librería Al pie de la letra
a las 6:30 p.m.
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Carátula
(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Elkin Restrepo y http://www.elkinrestrepo.com/
en la 21 Feria Internacional del libro de Bogotá. Mayo 30, 2008 ( 1 )
Fotografía: María Isabel Casas de
NTC …
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Intentando paraísos
Por Luis Fernando Afanador
Catorce historias muy bien escritas que muestran las distintas variantes del amor y el desamor
Revista Semana, Sábado 30 Mayo 2009
http://www.semana.com/noticias-cultura/intentando-paraisos/124541.aspx
Elkin Restrepo, La bondad de las almas muertas, Panamericana, 2009 . 166 páginas

Elkin Restrepo es un creador cuidadoso de la expresión verbal y narra con la fluidez del cine. Vale decir, un poeta que cuenta historias. Así lo describe Darío Jaramillo en la contracarátula de La bondad de las almas muertas, un conjunto de 14 breves y buenos cuentos recientemente aparecidos en la colección Sólo para adultos de la Editorial Panamericana. Por supuesto que estoy de acuerdo con esa calificación que me ha hecho recordar una de las mejores definiciones que sobre el cuento hiciera el maestro Henry James: "El cuento se sitúa en el punto exquisito en donde acaba la poesía y empieza la realidad".

Hay en los cuentos de Restrepo un tono, una sabiduría de las pasiones humanas, una atmósfera que los unifica, no obstante sus particularidades. Esa es la primera impresión una vez hemos concluido su lectura. Lo cual podría ser una pista confiable para empezar a desovillar sus hilos narrativos. Hay historias muy bien definidas, pero eso no parece lo más importante porque la trama aquí ocupa un lugar secundario. Lo que interesa es acercarnos a un momento crucial de la vida de los personajes y, con ellos, asistir a una revelación, desoladora o luminosa. La peripecia interior es entonces el gran desenlace con el que nos vamos a encontrar, la verdadera "acción" de La bondad de las almas muertas.

El narrador del cuento Intentando el paraíso parece un tranquilo y acomodado hombre de clase media, que sale temprano en las mañanas a cumplir su rutina de caminar al aire libre por una ciudad todavía silenciosa y tranquila. Hasta el día en que se encuentra con dos jóvenes de vestimenta estrambótica que lo saludan como si fuera un viejo amigo -él nunca antes las había visto- y lo invitan a continuar con la rumba que no cupo en la noche: "Aún sigue la fiesta, te invitamos". El hombre de la sudadera no se resiste a la tentadora oferta de los dos 'pajarracos' porque a pesar de su sensatez y su sentido práctico, el espíritu de lo desconocido lo ha tocado. Y, ciertamente, en su apocada vida no había habido semejantes sensaciones eróticas y de libertad como las que pronto encontrará. En el cuento Confesión, Débora, una mujer que lleva 12 años de feliz matrimonio con León, acostumbra a celebrar su aniversario de bodas de una manera especial. Para no desentonar, esta vez no quiere celebrarlo en su país sino en la lejana Nueva York y alojarse en el prestigioso Hotel Plaza, cueste lo que cueste. Pero una inesperada lluvia de otoño los recluirá en su jaula de oro y empezará a ensombrecer no sólo el dorado aniversario, sino algo que parecía a toda prueba, la solidez de su relación: "Entonces, aunque era una estupidez, una idea sin asidero, a Débora se le ocurrió pensar que el curso de las cosas tenía que ver con ella y que si en Nueva York llovía de ese modo (una verdadera catástrofe), era por su culpa".

Vidas mediocres a las que les ha ocurrido algo importante, algo que implicará un cambio cualitativo, una toma de conciencia que no les permitirá volver a ser los mismos, para bien o para mal. Hablaríamos de epifanía, si dicha palabra no sonara un tanto exagerada para personajes que no cambiarán el curso de la historia ni de nada. Si acaso, el curso de sus monótonas existencias. Aunque esto último tampoco lo sabremos. En la mejor tradición chejoviana, donde no hay comienzos ni finales efectistas, los cuentos de Restrepo terminan en un anticlímax y en una ambigüedad que constituye su riqueza literaria. En Vecinos, por citar sólo un ejemplo, lo más importante, la relación del narrador con una adivina de pacotilla -que el lector intuye turbia y fascinante- jamás será contada. Esa es la trama secreta, el iceberg que le da profundidad y consistencia.

Las ambigüedades no son sólo formales. En estas historias, el deseo y el amor resplandecen en toda su intensidad. Al precio de ver sin eufemismos su deterioro y su inevitable extinción. Y está bien así, no hay lugar a quejas: desde el título mismo nos advirtieron de la bondad de las almas muertas.
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“Elkin Restrepo es un poeta que cuenta historias. Un poeta que, como todo excelente escritor, cuida el lenguaje hasta la obsesión con el fin de que no se note; con el fin de que cada palabra corresponda a lo que narra y cada adjetivo le dé color y sabor a la escena… La bondad de las almas muertas es una excelente compañía para quien quiera disfrutar de una prosa deliciosa aplicada a contar historias”
Darío Jaramillo Agudelo
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La bondad de las almas muertas contiene catorce cuentos que exploran los sentimientos intrincados y la mente humana. Sus relatos se desarrollan entre el amor, el desamor y los triángulos amorosos, en los que se evidencia la ausencia de ternura y el desencanto entre las parejas.

El lector encontrará cuentos como: Inventando el paraíso que describe la historia de un hombre agobiado, pero atraído, por dos mujeres, con quienes experimentará situaciones inimaginables; o Ardid cuento que muestra la dualidad que vive un hombre cuando decide suplantar a otra persona.

Reseña del autor
Elkin Restrepo, nació en Medellín. Es poeta, narrador, editor y dibujante. En 1968 ganó el Premio Nacional de Poesía Vanguardia - El Siglo con su libro Bla, bla, bla. Fue cofundador y codirector de las revistas Acuarimántima, Poesía, Deshora y Odradek, el cuento.

Actualmente dirige un Taller de Lecturas Literarias para profesionales en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín y es director de la Revista Universidad de Antioquia .

Libros publicados:

Poesía: La palabra sin reino (1982), Retrato de artistas ( 1983), Absorto escuchando el cercano canto de Sirenas (1985), La dádiva (1991), Lo que trae el día (2000), La visita que no pasó del jardín (2002), Luna blanca (antología) (2005), “Amores cumplidos” (antología) ( 1 ) (2006)

Narrativa: Sueños (1993), Fábulas (1991), El falso inquilino (2000), Del amor, lo pasajero (2007)

Tomado de Boletin de Prensa (marzo 12, 2009) y de http://www.panamericanaeditorial.com.co/?p=show_content&id=202 de Panamericana Editorial CONTACTO: JAIDYTH PERDOMO A- Divulgación y Prensa. Cel: 311 2282473 – 315 3699217. Tel. 3603077 ext. 258
medios@panamericana.com.co . www.panamericanaeditorial.com.co
El libro en la web de PE:
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Actualizó: NTC … / gra . Marzo 14, 2009. 8:12 AM
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Portal-blog complementario a NTC ...
Nos Topamos Con ... .http://ntcblog.blogspot.com/ ,
ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
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La bondad de las almas muertas
Elkin Restrepo ( 1 )
Cuentos. Panamericana Editorial * , Bogotá, 2009. 13.5 x 20.5 cms
*Allí carátula, detalles y contenido (título de cada cuento).
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“Escribí los cuentos que conforman "La bondad de las almas muertas"
respondiendo a un impulso interior que me movía a convertir
recuerdos, experiencias, sueños, absolutamente todo, la vida misma, en una historia”.
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Tomado de El Tiempo impreso y virtual de Marzo 12, 2009.
Foto de EL TIEMPO
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Fragmento de la página de EL TIEMPO
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Las nuevas historias de Elkin Restrepo
La Vida Misma En Catorce Cuentos
Por: Melissa Serrato Ramírez, Redactora de El Tiempo.
eltiempo.com / archivo Marzo 12, 2009
El escritor usó su intuición de poeta y su lápiz de dibujante para crear personajes cautivadores.

“Escribí los cuentos que conforman "La bondad de las almas muertas" respondiendo a un impulso interior que me movía a convertir recuerdos, experiencias, sueños, absolutamente todo, la vida misma, en una historia”, cuenta Elkin Restrepo ( 1 ) –poeta, narrador, dibujante y Premio nacional de poesía Vanguardia, con la serie de poemas Bla, bla, bla– al referirse a su más reciente libro de relatos.

Son catorce las historias que tejen el entramado que armó Restrepo. Y aunque todas, a su manera, resultan asombrosas, conmovedoras y curiosas, el lector podrá descubrir que este libro se le pega a las manos gracias a un hilo conductor que Restrepo supo hilvanar muy sutilmente de cubierta a cubierta.

Este no podía ser otro distinto del amor.

Pero hay que aclarar que en sus páginas no se encuentra aquel amor cargado de clichés: muy idílico, algo romántico y casi perfecto, sino, por el contrario, ese que es más bien contrariado, negado, difícil, inalcanzable o perdido.

Ni real ni fantástico “Mis cuentos tratan del amor y de las sutiles y férreas telas de araña que lo envuelven y marchitan. Me atrae ese revés que la pasión construye en su camino; aquella parte oscura que, quiérase o no, acaba con lo que una vez fue dicha carnal, logro, instante supremo o que termina por confundirse con su remedo”, dice.

A veces, el escritor ubica a sus personajes en situaciones que no son del todo verosímiles, lo cual, según explica Restrepo, corresponde a su manera de ver el mundo: “Este no es real ni fantástico, es ambiguo, o ambas cosas a la vez: milagroso, en una palabra; por eso, mis personajes actúan en ese umbral en el que lo arcaico participa del presente, lo real del sueño, lo trivial del misterio, lo cotidiano de lo maravilloso, lo moral de lo libertino y lo civilizado de lo decadente y bárbaro, en un movimiento continuo que los atrae y los repele”.

Así, Restrepo retrata en La bondad de las almas muertas el mundo de los adultos, con sus mil y un asuntos, sin bordes y en el que todo cabe, haciendo de la escritura un espejo que lo refleja y multiplica. Sobre todo, ese asunto que él incluyó tan cuidadosamente en sus textos, pero aclara que “carece de teorías sobre el amor y está seguro de que vivirlo es mucho más recomendable que hacer literatura”.
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Publicación eltiempo.com Sección Cultura y entretenimiento Fecha de publicación 12 de marzo de 2009
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Inquietudes respecto a mi pequeño libro.
Por Elkin Restrepo
Para: Melissa Serrato Ramírez
Medellín, marzo 3 de 09
Agradecemos al autor que nos haya proporcionado el texto (Marzo 13, 2009).
Los enlaces son nuestros.
Querida Melissa:

Los cuentos reunidos en La bondad de las almas muertas se escribieron a lo largo de varios años y su redacción se alternó con la de algunos libros de poesía, mis talleres de dibujo y grabado y mi trabajo de editor en la Revista Universidad de Antioquia y Odradek, el cuento. Comencé a escribirlos respondiendo a un impulso interior que me movía a convertir recuerdos, experiencias, sueños, absolutamente todo, la vida misma, en una historia.
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De muchacho había leído Ficciones y El Aleph de Borges y Bestiario y Final del juego de Cortazar. Como se sabe, estos son libros compuestos por historias no muy extensas, que juegan a un sentido de la realidad, que altera cualquier conceptualización que se tenga de ella, escritas además en un lenguaje espléndido. La historia de los dos reyes y los dos laberintos de Borges y Continuidad de los parques, sobre todo este último, me pusieron a pensar ilusamente en que yo bien podría escribir alguno. Eran tan breves y su asunto tan insólito que cualquier día me atreví a escribir una historia a imitación suya, con la que me gané un concurso de cuento abierto por la Universidad Santiago de Cali. Pero sólo llegué hasta ahí, porque andaba entusiasmado con la poesía y ya preparaba mi primer libro bla, bla, bla con arreos prestados al Cortázar de Historias de Cronopios y Famas.
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Pasaron muchos años y, de repente, mi poesía que entretanto se había hecho más coloquial y narrativa, más la angustia de las horas muertas en las que el poema se rehúye, sumado a la vida misma que empuja, me volvieron temerario y un día escribí Las tres gracias.
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Un negociante se pierde en un paraje desconocido, viéndose obligado a pernoctar en una vieja casona campestre habitada por tres mujeres de aspecto misterioso, bellas a su manera, que se sirven de sus encantos para retenerlo y con su voracidad amorosa llevarlos lejos de toda orilla conocida, hacia una voluptuosidad de los orígenes, semi-divina, pero también atroz porque él tiene que dejar de ser él y sumirse en lo primigenio. Ese es más o menos el argumento y, mientras construía la historia, como era mi primer verdadero cuento, estuve muy atento a descubrir que temas se revelaban allí porque también entendía que, con sus variantes continuas, se me estaba dando el tema de mis futuros relatos.
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Lo escribí a máquina y demoré mucho corrigiéndolo, una tarea que era también nueva para mí porque, a diferencia del poema, la escritura de un cuento puede extenderse por semanas y meses e inclusive, por años. Corregir, lo descubrí, era una etapa tan creativa y reconfortante como aquella otra en que el tema surge, motivado por cualquier circunstancia, y uno empieza a construir el relato, no siempre de manera fácil. En el poema, éste se te da de una vez o nunca. Y si se corrige, es mera labor de carpintería.
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Fui muy feliz cuando supe que ya había escrito un cuento y que podía con un poco de suerte, seguir haciéndolo. Tenía entonces que entrenar mi mente para un ejercicio que exigía un comportamiento distinto al de escribir un poema, en el que intuición e intelecto deben complementarse, como el domador y el látigo para que no se lo coma el tigre.
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Ahora podía ir pensando la historia sin perder el impulso inicial y sin conocerla por completo, dejando para el momento final de la redacción la pieza o piezas que faltaren y que, por experiencia se, le dan al relato el tono y la forma debidos. Si en la poesía, es el estado interior, cierta disposición anímica, el que advierte de la posibilidad de que la palabra se vuelva carne, en el cuento el resultado depende mucho de una labor de días, que mantiene ocupado al autor todo el tiempo. No tanto como a un novelista, pues el cuentista es un corredor de distancias cortas, cuya plasticidad, perfección de movimientos y velocidad, comparte con el poeta.
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El cuento es una joya de muchos quilates. La novela una mina de carbón.
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Por lo general, mis cuentos tratan del amor y de las sutiles y férreas telas de araña que lo envuelven y marchitan. Me atrae ese revés que la pasión construye en su camino; aquella parte oscura que, quiérase que no, acaba con lo que una vez fue dicha carnal, logro, instante supremo, o que termina por confundirse con su remedo. Asunto de dos o más que, muchas veces, como sucede en Ardid, acepta la impostura y conviene con ella como si fuera el amor mismo; en su imposibilidad como su posibilidad (La mujer ajena, Una vida después), o en la culpa y servidumbre como su única realidad (Confesión, Vecinos), con una variante en su mecanismo y accionar paradójico: que al amor se sumen deidades silvestres y pasajeras que iluminen y lleven a instancias sin frontera, sin nombre aún, a aquéllos que se crucen con ellas (Las tres Gracias, Inventando el paraíso), sólo que pagando un precio por ello, por el servicio de sumirse en el torrente de la pasión completa y absoluta. Primigenia, diría yo.
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Por supuesto que de este entramado sólo soy consciente ahora que el libro ha sido escrito. Carezco de teorías sobre el amor y, al respecto, vivirlo es mucho más recomendable que hacer literatura. Ahora bien, este asunto me ha llevado a otro más complejo que tiene que ver con el sentido de la realidad en el texto. No todas son historias verosímiles aunque busco siempre que al lector no le parezcan fantásticas o traídas de los cabellos. Lo que allí sucede, sucede de manera tan natural que quien las lea, las acepte como acepta el hecho más trivial de todos, y ahí es donde entra en juego mi trabajo de escritor y una idea que responde también a mi manera de ver las cosas: el mundo no es real ni fantástico, es ambiguo, o ambas cosas a la vez: milagroso, en una palabra; por eso mis personajes actúan en ese umbral donde lo arcaico participa del presente, lo real del sueño, lo trivial del misterio, lo cotidiano de lo maravilloso, lo moral de lo libertino y lo civilizado de lo decadente y bárbaro, en un movimiento continuo que los atrae y repele.
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Mi mayor esfuerzo va en ese sentido, ya se dirá si lo he conseguido o no.
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De ahí también, podía añadir, que sea el mundo de los adultos, con sus mil y un asuntos, siempre conflictivos pero también fascinantes, el que centre todo mi interés de escritor. Un mundo que como el mayor de los universos no tiene bordes y en el que todo cabe, haciendo de la escritura un espejo que lo refleja y multiplica en ese reflejo infinito en que de repente lo es todo.

"La bondad de las almas muertas" es un título que me gusta y que surgió como muchas veces surgen las cosas, sin una explicación. Por supuesto que tiene sus resonancias gogolianas, y esa es una filiación, como también la de Chéjov, que aspiro a merecer.
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Tampoco es mi primer libro de cuentos. La editorial de la Universidad Pontifica Bolivariana publicó hace dos años todos mis relatos breves bajo el título de Del amor, lo pasajero, y más atrás, la de la Universidad de Antioquia El falso inquilino, y en los noventa la editorial El propio bolsillo, Fábulas, mi primera incursión en la narrativa.
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Tengo un libro de poesía inédito Como en tierra salvaje, un vaso griego que busca editor.
Y los achaques de la edad, que son también oráculo, me aconsejan hoy día con insistencia, tirar todo por la borda y dedicarme a la actividad plástica, que tanto disfrute me da, en vez de estar pendejeando por ahí.

Querida Melissa, espero haber respondido a tus inquietudes respecto a mi pequeño libro. Te estoy infinitamente agradecido por tu interés y me gratifica grandemente tener una lectora como tú. Y hasta que nos conozcamos.

Con un cálido abrazo
Elkin
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"EL GATO", texto completo de este cuento en el portal de Otraparte (Medellín):
Literatura en Otraparte: “La bondad de las almas muertas”
http://www.otraparte.org/actividades/literatura/elkin-restrepo-2.html ( Allí, también, presentación e invitación al evento de presentación del libro el 19 de Marzo, 2009. 7:30 PM, en Medellín)
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El libro en la web de Panamericana Editorial:
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Actualizó: NTC … / gra . Marzo 14, 2009. 5:55 AM+



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